LECTURA 1: Capítulo IX. Formación
de la tasa media de ganancia ó tasa general de ganancia. Transformación de
valores mercantiles a precios de producción.
Actividad 1: revisar la respuesta
de la pregunta 15 de la guía.
LECTURA 2: Capítulo X. Nivelación
de la Tasa General de Ganancia por la competencia. Precios de mercado y valores
de mercado. Plusganancia
Actividad 2: Leer el capitulo X y
localiza los siguientes conceptos: precio de mercado, valor de mercado y plusganancia;
revisa lo que dice el capítulo sobre cómo funciona el mercado y redefine la
oferta y la demanda.
El capitulo 9 y 10 son claves en la comprensión de cómo funcionan las relaciones sociales capitalistas,
como a través de ella se generan las condiciones que permiten que se reproduzca
el capital y la sociedad pero también, paradójicamente, se reproducen las
condiciones que harán que la sociedad no pueda reproducirse parcial o
completamente; en otras palabras, se crean las condiciones para el
estallamiento de la CRISIS.
Hemos
visualizado la CRISIS como una situación en la que las actividades económicas
se detienen, PARAN, por lo cual hay desempleo generalizado, fuga de capitales,
devaluación, quiebre de empresas, personas con deudas se declaran insolventes
masivamente, cientos de miles de personas no pueden generar un ingreso para
llevar a sus familias, con lo cual carecen de lo indispensable para poder
comer, vestir, calzar, pagar servicios o de la habitación que rentan. Una
situación que estamos observando en la actualidad.
Han
ocurrido, al menos, cuatro grandes crisis en la historia del capitalismo: la
primera a finales del siglo XIX, la segunda en 1929, la tercera en los años
setentas, la cuarta en el año 2008 y esta, que inicia en el año 2020 parece ser
la quinta gran crisis (antes de finalizar el curso veremos una lectura al
respecto que analizarán las primeras cuatro). Lo grave que la humanidad tenga
que padecer a nivel mundial estas crisis no hay solución posible para los causantes de ellas, a pesar de que, eventualmente habrá una recuperación económica. Lo más complejo es que con cada crisis se acumulan efectos negativos que pesan sobre la siguiente que se va a
producir. A la larga lo que se genera es la propia inviabilidad del capitalismo
para darle a la humanidad condiciones para que pueda sobrevivir.
Veamos
la joya de la corona que representa el tomo III de El Capital en el capítulo
IX, aunque su importancia merece una introducción que sintetiza algunas
conclusiones de capítulos pasados, en particular del capitulo V al VIII.
Recordemos
que, a diferencia de los tomos anteriores, el tomo III nos permite tener una
mirada de 360 grados, de conjunto, con varios niveles de análisis interactuando
entre sí: a nivel de producción, circulación, reproducción ampliada e
integrando la participación de la competencia de mercado, oferta, demanda,
comercio y banca, al mismo tiempo que la exposición pretende elevar la
comprensión y la consciencia a nivel de la desmistificación de la realidad en
la aproximación teórica a la realidad más acabada que existe en términos de la
ciencia crítica.
En
el capitulo V “Economía en el empleo del capital constante” se explica lo
siguiente: cuando el capital invierte masivamente en maquinaria, equipo y personal,
puede percatarse de que no es necesario invertir en mayor capital constante
para aumentar la jornada de trabajo. En otras palabras, a la productividad creciente derivada de incorporar maquinaria se le puede sumar una mayor consecuencia de exigir MÁS tiempo de trabajo a la clase obrera, es decir, extender de manera indefinida la jornada de trabajo. Esto representa un estímulo para alimentar una
NECECIDAD CRECIENTE DE capital constante y fijo para disminuir el tiempo en el
que regresa su capital invertido en forma de ganancia. A partir de aquí se
genera una “avidez furiosa” del capital para aumentar sus ganancias. Los
capitalistas pueden ver cómo, a través de la extensión de la jornada de
trabajo, el rendimiento de productividad de plusvalor por cada unidad de
inversión en maquinaria, equipo y local se multiplica. Ello da pie al
desarrollo del plusvalor absoluto, periodo que explica Marx en el Tomo I de El
Capital. Este periodo de la historia del capitalismo Marx la denomina
Subsunción Formal de Trabajo por el Capital.
Como
vimos en la sección tercera del primer tomo, las jornadas se extienden a más de
24 horas continuas sin descanso, lo cual produce, además de la muerte por
enfermedad o accidentes de los trabajadores, la organización de sindicatos y la
lucha histórica por la disminución de la jornada de trabajo en el siglo XIX, lo
cual se hace realidad con la prohibición de estas jornadas sanguinarias sin
pago de horas extras y éstas con un límite.
Ya
con una jornada de trabajo que no puede alargarse más allá de las ocho horas se
mantiene la “avidez” por hacer rendir cada vez más trabajo excedente e impago a
la fuerza de trabajo asalariada. Si el capital no puede extender más allá de un
límite, entonces el capital pasa a “extender” la jornada mediante su aumento
relativo, es decir, mediante la intensificación del proceso de trabajo
utilizando de manera más intensiva el desarrollo de la tecnología para hacer
más eficientes los procesos, más rápida la producción y, sobre todo, más barata
la producción de la propia tecnología para ser utilizada en una escala cada vez
mayor. La única manera de poder extraer todo el beneficio técnico que la
maquinaria genera en la reproducción del capital es utilizar también, a gran
escala: la cooperación de un mayor número
de obreros, locales, materias primas, energía, etcétera. Ello significará que,
en un primer momento se requiera la contratación masiva de trabajadores, pero
el resultado, en términos de la producción en general no es el pleno empleo,
sino un constante flujo de desempleo al mismo tiempo que la producción y la
contratación crece. Estamos ante otra contradicción estructural del
capitalismo. Ello claro, tiene su límite cuando estalla la crisis.
Ya
en lo que tiene que ver con el capitulo IX y X de El Capital, y la respuesta a la
pregunta 15 de la guía, tenemos lo siguiente:
Cuando
nos referimos a una mirada de conjunto, nos referimos a que debemos considerar
que, aunque la producción inicia bajo la forma de la propiedad privada
capitalista (es decir, un conjunto de propietarios privados, dispersos,
separados unos de otros que producen de manera arbitraria y sin comunicación
alguna con los otros propietarios privados), entran en relaciones sociales al
momento en que su producción dispersa se reúne en el mercado y pasa a formar
una determinada cantidad de PRODUCTO SOCIAL, es decir, la suma de la producción
del conjunto de los propietarios privados.
En este primer momento de encuentro social propiciado por el mercado.
El
principio del Capitulo es el siguiente: debemos considerar “los diferentes
capitales como un solo capital”. Estamos ante la creación del “capital social”
o “capital de magnitud social media” como el punto de referencia frente al que
se tendrán que regir los capitales de acuerdo a las diferencias respecto a su
composición orgánica de capital. En este caso, habrá un capital constante,
capital variable y plusvalor de composición media que a su vez determinan una
tasa media de ganancia.
Sin
embargo las características técnicas de composición de cada uno de esos
capitales (composición orgánica de capital) es heterogénea o diversa aunque
formen un solo capital. El mercado actúa como un mecanismo espontáneo, a
espaldas de los productores, mediante el cual se distribuye unificadamente el
plusvalor producido entre todos de acuerdo al grado de composición orgánica de
capital y de acuerdo al valor arrojado a la circulación. En términos sociales,
el “acuerdo” silencioso que se establece a partir del mercado es que, si bien
la distribución del plusvalor se hace de acuerdo a una tasa GENERAL [es decir,
una proporción resultante de las variaciones que impone la competencia que se
impone a todos los capitales oferentes (abastecedores)], esta será de acuerdo al
grado de productividad determinado por su composición orgánica de capital.
Es
así como los precios de producción son el resultado del movimiento de los
capitales en función de sus capacidades tecnológicas. Los capitales de
vanguardia, al integrar mayores magnitudes de valor adelantadas en capital
constante tienen la capacidad de ser más productivos y también
de tener el privilegio de retirar mayor valor de mercancías que el que
producen. Esto es así porque a mayor productividad menor valor por unidad de mercancía, aunque en términos absolutos
la masa de valor producida garantice la valorización del capital. En este punto
debemos seguir considerando es que, a pesar de que la tecnología elimina
puestos de trabajo y por lo tanto ELIMINA LA FUENTE CREADORA DE VALOR, los capitales
de retaguardia (los más rezagados en adelantar en capital constante y por lo
tanto adelantan más en capital variable) le tributan al
capital de vanguardia transfiriéndole parte del valor producido bajo la forma
de plusvalor extraordinario. La relación entre los capitales es de competencia
pero también de “cooperación”.
Ante
este panorama TODOS los capitales se van a ver presionados para abandonar su
papel como tributarios e invertir cada vez más en capital constante y menos en
capital variable, con lo cual se incentiva el desarrollo de la ciencia y la
tecnología pero al mismo tiempo se producen niveles crecientes de desempleo que
no son absorbidos por una cada vez menor capacidad de la expansión capitalista
para absorber al EJÉRCITO INDUSTRIAL DE RESERVA (Recuerden la Ley General de
Acumulación Capitalista que debió haberse estudiado en Economía Política II) y
por lo tanto, una mayor cantidad de personas que NO están en condiciones de
comprar masivamente las mercancías que los capitales lanzan a la circulación, es decir, que viven en la pobreza.
En
conclusión: La tasa media de ganancia establece el reparto de plusvalor entre
los capitales e impone una recomposición de los valores de las mercancías
producidas por capital individual que establece los límites a partir del cual
esos valores aparecen en el mercado como PRECIOS DE PRODUCCIÓN, una vez que los
valores de las mercancías se ajustan según la tasa media.
Así
se establece un parámetro a partir del cual los capitales disminuyen ó aumentan
los valores de las mercancías como precios de producción, según el precio medio
de acuerdo a la composición media de los capitales que compiten, pero ello
únicamente como tendencia y no como un punto exacto. Es el punto alrededor del
cual oscilan los precios de las mercancías.
Marx
lo define de la siguiente manera en la página 203 del Tomo III de El Capital:
“La ley general se impone como
tendencia dominante: sólo de una manera intrincada y aproximada, como promedio
de perpetuas oscilaciones que jamás puede inmovilizarse”.
Lo relativo a Valor y Precio de
Mercado se expondrá en la sesión de videoconferencia.
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